Debo ser una de las muy pocas mujeres, que no se había visto esta película digna de llamarse clásico, porque admitámoslo tiene sus añitos y muchísimos más que yo, con eso digo todo. Lo curioso de todo es que, a pesar de tener muchos años es para algunas su película favorita. Yo debo admitir que quede encantada con la trama, un poco enredado el argumento, pero al final todo termina como debe terminar, como en un cuento de hadas.

Quede muy sorprendida de la sencillez con la que gozaban en aquellos tiempos al hacer una película, sin efectos especiales, unos cuantos diálogos y listo!, verdaderas obras de arte son las que se hacían en esos tiempos. Y que decir de los trajes de Givenchy que lució Audrey durante la película, destilaba elegancia al 100%.

Os dejo la sinopsis, y a las que aún no la habéis visto os la recomiendo.

Holly (Audrey Hepburn) es una joven de la clase media neoyorkina que va de fiesta en fiesta con el fin de encontrar a un hombre rico que mantenga su ritmo de vida económicamente, siendo su mayor interés la tienda de joyas Tiffany's de la Quinta Avenida. Su vida cambiará cuando conozca a Paul (George Peppard), un escritor mantenido por su amante rica y algo mayor que él (Patricia Neal) que se mudará a un apartamento en el mismo bloque que ella.

Disculpad si no me paso durante los días de semana por vuestros blogs, estoy un poquitín liada, pero mañana sacaré un huequito para ponerme al día con todo. Eso si, que sepáis que las leo a casi todas en las mañanas mientras me tomo mi desayuno frente al ordenador, si es que esto es un vicio!