Por fin empezamos a notar el otoño, ya es un hecho que esos días de calor que tanto atesorábamos son parte del pasado, empezamos a notar cambios no solo en el clima, en el horario, etc, etc, sino que también notamos un cambio significativo en nosotr@s mism@s: se nos cae más el cabello.

Normalmente solemos perder entre 50 y 100 pelos al día, aunque esto durante los meses de Septiembre y Octubre se triplica, es lo que se conoce comúnmente como pérdida estacional del cabello.

El pelo tiene un ciclo de vida, empezando por la fase de crecimiento (anágeno), seguida del estancamiento (catágeno) hasta cuando llega el momento final, el de la caída (telógeno). Es su ciclo natural y se desarrolla de manera progresiva durante todo el año.

La renovación capilar es algo que ocurre por igual para todo el mundo, pero también hay otros muchos factores que pueden desencadenar esta pérdida momentánea de pelo, entre ellas y la más acorde a esta época: el estrés. Volver a la rutina después de las vacaciones también desencadena una pérdida importante de cabello.


El estrés es una preocupación secundaria significativa, ya que también puede ser responsable de más del 50% de la caída de cabello estacional, esto y que tengamos una carencia de ciertas vitaminas y minerales.

Y explicado todo esto, es un hecho es que el pelo se nos va a caer si o si con el cambio estacional, pero aún así podemos tomar medidas para que nuestro cabello siga luciendo igual de sano:

• Masajear el cuero cabelludo una vez al día. Esto favorece muchísimo la circulación sanguínea y ayuda a oxigenar el bulbo capilar.
• Lavar el pelo 3 veces por semana como mínimo. Esto también depende de las necesidades de cada uno, no pasa nada si lavamos nuestro cabello todos los días, es un mito el que dice que si lo hacemos con tanta frecuencia tiende a caerse más. 
• Reducir el uso de secadores, planchas o tenacillas. Bien es sabido que perjudican mucho el cabello, lo resecan y promueven a que se debilite y que se caiga con más facilidad. 
• Utilizar complementos alimenticios. Preferiblemente que contengan Zinc o vitaminas del grupo B.
• Vigilar la alimentación. Consumir sobretodo cereales, legumbres y frutos secos. Así también se debe evitar el consumo excesivo de azúcar, sal, refrescos, carnes y productos altos en grasa.

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